Sam Cooke, conocido como The King of Soul, no era un músico cualquiera. Su voz fue el puente entre el gospel y la música secular, el artista que llevó el soul a las masas y un activista que usó su arte para amplificar el grito de justicia en una de las épocas más convulsas de la historia de Estados Unidos.

Nacido en 1931 en Clarksdale, Mississippi, Cooke creció cantando en el coro de la iglesia, un espacio donde su talento comenzó a brillar. Su gran oportunidad llegó como líder de The Soul Stirrers, uno de los grupos de gospel más influyentes en las radios afroamericanas. Su voz aterciopelada y su carisma magnético transformaron a la banda en una sensación, llevando la música espiritual a millones de oyentes.

Pero Cooke tenía ambiciones más grandes. Soñaba con fusionar la intensidad emocional del gospel con la accesibilidad del pop, un movimiento arriesgado en ese momento. En 1957, lanzó You Send Me, su primer gran sencillo bajo su nuevo nombre. La canción arrasó en las listas de Billboard, vendiendo más de dos millones de copias. Los puristas del gospel pusieron el grito en el cielo, pero el mundo despertó al fenómeno Sam Cooke.

Cooke no solo componía música, la absorbía como una esponja. Influenciado por la elegancia melódica de Nat King Cole y la intensidad cruda de Ray Charles, creó un sonido sofisticado pero con alma.

Colaboró con gigantes como Lou Rawls, Aretha Franklin y Bobby Womack, a quien apadrinó en sus primeros años. Su banda de sesión incluía músicos de élite, como miembros de The Wrecking Crew, garantizando que sus grabaciones fueran tan refinadas como conmovedoras.

Sam Cooke & Lou Rawls colaboración

Pero Cooke no se conformó con ser solo un cantante. En una época en la que los artistas negros eran explotados por la industria, decidió tomar las riendas de su destino. En 1961 fundó SAR Records, convirtiéndose en uno de los primeros músicos afroamericanos en poseer su propio sello discográfico. ¿Por qué es importante? Porque eso significaba que los beneficios se quedaban en su comunidad y no en manos de ejecutivos blancos. Bajo SAR Records, impulsó carreras de artistas como The Valentinos y Johnnie Taylor, sembrando las bases del R&B moderno.

Y no solo eso. También fundó su propia editorial musical, algo prácticamente impensable para un artista negro en los años 60. Pero para Cooke, no se trataba solo de dinero; se trataba de forjar un legado y abrir puertas para otros músicos.

Dentro de su inmensa producción musical, su obra maestra más duradera es A Change Is Gonna Come (1964). Inspirado por Blowin’ in the Wind de Bob Dylan y por sus propias experiencias con el racismo, Cooke escribió esta canción tras ser rechazado en un hotel segregado en Luisiana. Su dolor se transformó en una balada desgarradora, pero llena de esperanza.

Con un arreglo orquestal sin precedentes en una canción soul, Cooke interpretó la pieza con una mezcla de angustia y determinación inquebrantable, capturando el espíritu del movimiento por los derechos civiles. Lanzada poco después de su muerte, la canción se convirtió en un himno para los activistas, incluyendo a Martin Luther King Jr.

Hoy, A Change Is Gonna Come sigue siendo un clásico atemporal, versionado por artistas como Otis Redding y Beyoncé. Incluso, la Biblioteca del Congreso de EE. UU. la incluyó en el National Recording Registry como una de las grabaciones más importantes de la historia estadounidense.

La vida de Sam Cooke terminó trágicamente el 11 de diciembre de 1964 en un motel de Los Ángeles, en un caso envuelto en misterio y controversia. Oficialmente, se determinó que fue en defensa propia, pero las dudas persisten hasta hoy.

A pesar de su prematura partida, su legado sigue vivo. Su sonido sentó las bases para artistas como Marvin Gaye, Stevie Wonder y Al Green. Sus canciones continúan sonando en todo el mundo y su influencia se extiende desde el R&B hasta el rock y el hip-hop.

La historia de Sam Cooke no es solo la de un músico brillante, sino la de un pionero que rompió barreras y exigió algo mejor para su gente. Convirtió el soul en una herramienta de cambio, demostrando que la música no solo es entretenimiento, sino también revolución.

Así que, la próxima vez que escuches su voz sedosa entonando un clásico, recuerda: estás oyendo a un innovador, un rebelde y un ícono que allanó el camino para las generaciones futuras.

Live @Harlem Square Club De 1963