Pocas cosas gritan “la cultura negra se une con la onda universal” como Soul Train. Conocido como el “viaje más cool de América”, este icónico programa de música y baile no solo entretenía, sino que elevaba la música, la moda y la cultura negra a un escenario nacional—y eventualmente global. Y detrás de su magia llena de ritmo estaba Don Cornelius, el elegante, carismático y de voz profunda pionero que creía en celebrar la excelencia negra de la forma más auténtica posible.

Todo comenzó en Chicago en 1970. Don Cornelius, un ex periodista y locutor de radio, tenía una visión: crear un programa de televisión que mostrara la música y el baile negro. En ese momento, los artistas negros estaban gravemente subrepresentados en los medios convencionales. Cornelius, quien había cubierto el movimiento de derechos civiles en la estación de radio WVON de Chicago, entendía el poder de la visibilidad. Sabía que darle una plataforma a los artistas, bailarines y la cultura negra no era solo entretenimiento: era liberación.

Cornelius presentó su idea a una estación de televisión local, WCIU, y pronto Soul Train se emitió como un programa con base en Chicago. Fue un éxito instantáneo, y en 1971 se convirtió en un fenómeno nacional. De repente, los salones de todo Estados Unidos vibraban con Marvin Gaye, The Jackson 5 y Aretha Franklin, mientras que talentosos bailarines—como los legendarios del Soul Train Line—se movían con un estilo que nunca antes se había visto en la televisión.

En esencia, Soul Train se mantuvo fiel a su misión: celebrar la música y la cultura negra. Pero con los años, el programa evolucionó junto con los cambios en la industria musical.

Los años 70: La era dorada del funk, el soul y la música disco. Artistas como James Brown, Curtis Mayfield y Earth, Wind & Fire subieron al escenario. El programa se convirtió en sinónimo del “Soul Train Line”, donde los bailarines formaban dos filas y mostraban sus mejores movimientos.

Los años 80: A medida que la música giraba hacia el R&B y el hip-hop, Soul Train se adaptó, presentando a leyendas como Prince, Whitney Houston y un joven Run-D.M.C. Esta era también estuvo marcada por atuendos deslumbrantes, grandes peinados y el estilo cada vez más refinado de Don Cornelius.

Los años 90 y más allá: El hip-hop tomó el centro del escenario y Soul Train lo abrazó. Íconos como Tupac Shakur, Aaliyah y Destiny’s Child mantuvieron el programa relevante. Aunque Cornelius dejó su rol de presentador en 1993, su influencia permaneció, y el programa continuó hasta 2006.

¿Momentos icónicos? ¡Demasiados para contar! Desde las actuaciones explosivas de Michael Jackson hasta los medleys en vivo de Stevie Wonder, cada presentación era una carta de amor a la música negra. Pero para los amantes del vinilo, quizás el mayor atractivo fue la variedad—Soul Train reunía a los artistas más exitosos y a joyas del underground, justo como una lista de reproducción perfecta.

Pero, ¿quién era Don Cornelius más allá del presentador con la voz más suave de la televisión? Nacido en Chicago en 1936, Cornelius comenzó su carrera como periodista, informando sobre temas de la comunidad negra y derechos civiles. Pero rápidamente comprendió el poder de los medios para generar cambios. Tras un tiempo como locutor de radio, se movió hacia la televisión, donde su carisma y ambición le abrieron puertas.

Cornelius tenía un talento especial para descubrir artistas y tendencias culturales. Él mismo seleccionaba a los músicos, curaba la música y hasta influía en la moda. Sus trajes se volvieron más sofisticados con los años, pero su enfoque siempre fue el mismo: enaltecer la cultura negra y ayudar a los artistas negros a triunfar en una industria que a menudo los marginaba.

¿Qué lo hacía diferente? Cornelius no se conformaba. Mientras la televisión convencional apostaba por presentadores genéricos, Don se mostró siempre auténtico: sereno, seguro y orgullosamente negro. Su icónica frase, “Love, peace, and soul”, se convirtió en más que un eslogan: era una declaración de orgullo.

Cornelius también impulsó la industria del entretenimiento negro, allanando el camino para que artistas y creadores contaran sus propias historias. En cierto sentido, creó el modelo que Keep Da Beat busca seguir—empoderar a los artistas, preservar la cultura y celebrar la música en su forma más pura.

Incluso décadas después de su último episodio, el legado de Soul Train sigue vivo. Introdujo generaciones a lo mejor de la música negra, creó innumerables momentos culturales y motivó a futuros creadores a sentirse orgullosos de sus raíces. Sin Soul Train, programas como 106 & Park de BET o las batallas Verzuz quizá nunca habrían existido.

Para los entusiastas del vinilo como nosotros, también es un recordatorio de la era dorada del sonido analógico. Muchas de las canciones interpretadas en Soul Train fueron prensadas en vinilo, y poner esos discos hoy en día es como viajar en el tiempo a la magia de la transmisión original

Así que la próxima vez que pongas la aguja sobre un clásico, piensa en Don Cornelius y en los bailarines deslizándose por el Soul Train Line. Y recuerda, como siempre decía Don: “Love, peace, and soul.”

¿Cuáles son tus momentos favoritos de Soul Train? ¿O tienes un vinilo en tu colección que te transporta a esa época? ¡Sigamos la conversación—Keep Da Beat!