Nueva York, Bronx, 1971. Una jungla de cemento en plena zona de guerra entre pandillas. Pero en medio del caos, la tregua entre bandas parecía encarnarse en una chica salida de la montaña de la depresión y la frustración, una joven que traía consigo una flor de esperanza en su sonrisa.
Un silbido pacífico rompía el estruendo de la violencia, un eco de vida y recuerdos que evocaba esa “feliz sensación” de pertenecer a algo más grande. Sobrevivir no era una elección, sino un instinto despierto, una fuerza incontrolable que los empujaba a entender la realidad que les había sido impuesta.

Se reunían en las mismas calles que caminaban cada día, un territorio conquistado a base de sangre, lágrimas, dolor y hermandad, defendido con una madurez prematura forjada entre escombros

En sus corazones latía algo indomable, una búsqueda desesperada e inconsciente por respeto, por ser reconocidos como seres humanos. Eran el último eslabón de una cadena de sinsentido, pobreza y abandono, los hijos de comunidades olvidadas. El caldo de cultivo de una generación que daría forma a nuevas expresiones de lucha frente a la miseria y la represión social.
Pintaron las calles con sus almas, gritando por reconocimiento, dejando su huella como un mosaico de experiencias y existencias. Sombras de espíritus libres atrapadas en la indiferencia de quienes no querían ver, de los que giraban la cabeza para ignorarlos.

Ellos fueron los verdaderos pioneros, los que transformaron la desolación en energía, amor, compromiso social y creatividad.

Entre ellos crecieron las raíces de nuevos movimientos, los futuros grafiteros, los breakdancers, los MCs y DJs que cambiarían la historia de la música para siempre.

Fueron las ramificaciones, la extensión valiente e inevitable de aquellos que se negaron a morir en vida...
Ellos fueron...
Banda sonora: The Ghetto Brothers “Power- Fuerza, álbum lanzado en 1972, por el sello discográfico Salsa de Registros

Si deseas explorar en profundidad sobre las pandillas de Nueva York, su historia a finales de los 60 principios de los 70 : "Rubble Kings" por Shan Nicholson
