“What’s Going On”, lanzado en mayo de 1971, es mucho más que un álbum: es una declaración artística y social que marcó un antes y un después en la historia de la música. Con esta obra, Marvin Gaye se alejó del sonido Motown que lo había definido hasta entonces y se adentró en un terreno mucho más personal y consciente, reflejando las tensiones sociales de los convulsos años 70. Letras profundas, arreglos innovadores y la colaboración de músicos excepcionales cimentaron su legado imperecedero.

Desde el punto de vista lírico, “What’s Going On” es un álbum conceptual que aborda temas urgentes como la guerra, la pobreza, la destrucción ambiental y la injusticia sistémica. La chispa que encendió este proyecto surgió de una conversación entre Renaldo “Obie” Benson, de The Four Tops, y Gaye, tras presenciar un episodio de brutalidad policial en una protesta contra la guerra. La canción que da título al disco es un grito de desesperación y esperanza a la vez, con Gaye preguntándose con angustia: “What’s going on?”—una pregunta que resonaba profundamente en una sociedad sacudida por el conflicto y la desigualdad.

El álbum continúa con canciones como “What’s Happening Brother”, que narra la historia de un veterano de Vietnam que regresa a un país irreconocible, donde no encuentra su lugar. “Mercy Mercy Me (The Ecology)” es una súplica por el planeta, una advertencia visionaria sobre el daño ambiental que, décadas después, sigue siendo alarmantemente vigente. “Inner City Blues (Make Me Wanna Holler)” denuncia la disparidad económica y el racismo estructural, dibujando con crudeza la desesperanza de los barrios urbanos marginados. Cada canción es una pieza de un gran rompecabezas social, formando un discurso unificado y contundente. álbum de una forma cohesiva y poderosa declaración.
En lo musical, “What’s Going On” es una fusión magistral de soul, jazz y música clásica, con un sonido sofisticado y envolvente que rompió moldes en su época. Los exuberantes arreglos de cuerdas y la poderosa sección de metales, orquestados por David Van De Pitte, añadieron una textura refinada que realzaba las melodías de Gaye. Su uso innovador de voces superpuestas—grabando múltiples capas de su propia voz—dotó al álbum de una profundidad y una complejidad únicas, creando una atmósfera casi etérea que sumerge al oyente en su mensaje emocional.

El talento de los músicos que participaron en el disco fue clave para su impacto. James Jamerson, legendario bajista de The Funk Brothers, aportó líneas de bajo inolvidables, especialmente en la canción principal, donde su groove melódico y rítmico se convirtió en el alma de la pieza. Jack Ashford, con su magistral trabajo en la percusión, añadió un dinamismo que potenció aún más el carácter del álbum. La sinergia entre estos músicos y la visión de Gaye dio lugar a una obra cohesionada y vanguardista.

Gaye la insistencia en el control creativo fue un aspecto significativo de la del álbum de desarrollo. En el momento, Motown era conocido por su pulido, orientada al éxito de la producción de estilo, pero Gaye trató de liberarse de estas limitaciones para explorar más complejo y socialmente relevantes temas. Esta determinación le permitió elaborar un álbum que no sólo musicalmente innovador pero también temáticamente unificada y profundamente personal.
Pero quizás el mayor logro de Marvin Gaye con “What’s Going On” fue su lucha por el control creativo. En un momento en el que Motown se centraba en la producción de éxitos comerciales, Gaye desafió las normas para explorar temáticas más profundas y comprometidas. Su determinación le permitió crear un álbum que no solo innovó musicalmente, sino que también se mantuvo fiel a su propósito artístico y personal. Más de medio siglo después, “What’s Going On” sigue siendo un referente indiscutible en la historia de la música. Su mensaje de justicia social, conciencia ambiental y empatía humana continúa vigente, reflejando luchas que aún persisten. La visión de Marvin Gaye, combinada con el talento de sus colaboradores, dio forma a un disco que no solo capturó el espíritu de su tiempo, sino que también allanó el camino para futuras generaciones de artistas y oyentes. Esta obra atemporal es una prueba del poder de la música como herramienta de cambio y reflexión, inspirando e influyendo a generaciones hasta el día de hoy.